El sabor de la atractiva St. Louis, Misuri

Comencé mi recorrido por esta ciudad cosmopolita y animada con un viaje al monumento más famoso de St. Louis. Después de registrarme en el Drury Hotel, una cadena local, me dirigí al famoso Gateway Arch (arco Gateway), que simboliza la expansión de Estados Unidos hacia el oeste. El monumento es aún más impresionante de cerca. Puedes subirte a un tranvía con forma de huevo hasta la cima para ver las exhibiciones, así como disfrutar de una vista increíble de la ciudad y del río Mississippi.

St. Louis está compuesto por muchos barrios pequeños, cada uno con su propia atmósfera única. El primero que visité fue Maplewood, una zona encantadora llena de boutiques distintivas, tiendas de antigüedades y muchos lugares para comer algo. El segundo fue Lafayette Square, con sus casas antiguas, lindas tiendas y una fabulosa cafetería donde pude disfrutar mi primer bocado de pastel cremoso de mantequilla. ¡Los clásicos de St. Louis eran tan deliciosos que pedí que me enviaran algunos a mi casa!

Hay muchos lugares excelentes para comer en St. Louis, y la ciudad ofrece todos los tipos de platos imaginables. Uno de mis favoritos fue el Broadway Oyster Bar, donde probé unos deliciosos camarones con polenta y langosta. Conocido por tener los mariscos más frescos de los alrededores y fabulosa música en vivo por las noches, planifica llegar temprano para obtener un buen asiento. Si tienes ganas de comer un sushi delicioso, visita The Drunken Fish. Pasa por Square One y prueba su ensalada de remolacha con una guarnición de coles de Bruselas asadas. ¡Además de una pinta de su cerveza artesanal local para un almuerzo perfectamente equilibrado!

St. Louis es la ciudad más grande de la Route 66 entre Chicago, Illinois, y Los Ángeles, California, por lo que hay algunas atracciones interesantes de la Route 66 que debes visitar. Uno de mis favoritos fue la heladería Ted Drewes Frozen Custard, ¡donde los "concretos" son increíbles! En Maplewood, encontrarás muchas placas que celebran los negocios de la Route 66 que prosperaron aquí cuando la carretera original atravesó esta área en la década de 1920.

A solo media hora se encuentra St. Charles, un encantador pueblo ribereño que contrasta notablemente con St. Louis, y otro destino imperdible. Hay tanto de la ciudad que aún no he explorado y no puedo esperar para volver con mi familia. La próxima vez, me aseguraré de dedicar tiempo para apreciar más la arquitectura y aprender más sobre la historia de la ciudad, la cual es fascinante según lo que he escuchado. También planeo probar otro clásico de St. Louis, como los raviolis tostados. Algo es seguro: mi primera parada cuando vuelva a St. Louis será en una cafetería para probar otra rebanada del delicioso pastel cremoso de mantequilla.