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- Mississippi
Estaba terminando mi recorrido por Mississippi y tenía ganas de visitar la costa del golfo para caminar por las playas de arena blanca de las que tanto había oído hablar.
La "rivera del sur" estaba cerca. Después de registrarme en el White House Hotel en Biloxi, crucé la calle, me quité el calzado y sumergí mis pies en la arena. Mientras el sol se asomaba detrás de las nubes, me paré a la orilla del agua para contemplar el horizonte. Para mi sorpresa, un pequeño grupo de delfines salió a la superficie. Fue la mejor manera de comenzar mi visita.
Historia marítima y navegación
Mi primera parada fue el centro de visitantes de Biloxi, un museo de 232 metros cuadrados que se centra en la historia de Biloxi, una de las grandes comunidades de la costa del golfo. Luego, como se encontraba cerca, fui a uno de los lugares más fotografiados de la costa del golfo: el Biloxi Lighthouse. Es el único faro en funcionamiento conocido que se encuentra en el medio de una autopista. Cuando iba subiendo la escalera de caracol, veía líneas marcadas en las paredes que mostraban la altura que alcanzó el agua durante diversos huracanes y tormentas.
Después, visité el Maritime and Seafood Industry Museum (Museo Marítimo y de la Industria del Marisco) y aprendí mucho sobre la pesca de cangrejos y camarones. En el gran salón del museo se exhibía Nydia, un hermoso velero de madera (de 30 pies, aparejado con velas cangrejas) que tiene más de 100 años. Me recordó el antiguo barco de mi padre, Endora, que usaba para navegar por el Canal de la Mancha.
Desde el museo, me acerqué al agua y subí a bordo de una réplica auténtica de una goleta de Biloxi. Ver este tipo de barcos solía ser muy común en el golfo de México durante los siglos XIX y XX. Ya nos habíamos alejado del muelle cuando la tripulación izó las anchas velas blancas e iniciamos nuestro recorrido sin prisa río adentro. Varios pelícanos volaron junto a nosotros para hacernos compañía. Me mantuve alerta, ya que esperaba ver más delfines.
Mirando el Biloxi Lighthouse en Mississippi
Kayaks y el encanto de una ciudad pequeña
Como todavía quería disfrutar del agua, me fui a la cuenca del río Pascagoula a hacer kayak. En el tranquilo fluir del agua, los remos cortaban la superficie con facilidad. Con frecuencia, me detenía a mirar por los binoculares, para con la esperanza de avistar los ojos de un caimán emergiendo. Me habían dicho que era muy común verlos en la zona. Por desgracia, no llegué a ver ningún reptil grande de cuatro patas, pero sí pude observar una gran variedad de aves que bien valieron la pena. Las nutrias también son visitantes habituales de estas aguas.
Seguí mi recorrido en kayak por la hermosa costa hasta la encantadora ciudad de Ocean Springs. Este es un excelente lugar para pasear, con muchas tiendas y restaurantes distribuidos por las calles rodeadas de árboles. Fui al restaurante de comida mediterránea Phoenicia Gourmet para degustar una deliciosa ensalada griega y luego continué mi paseo por la costa en dirección oeste hasta Bay St. Louis, una adorable ciudad costera con más boutiques y restaurantes bonitos que conocer.
En el camino de regreso a mi hotel, pasé frente a impresionantes casas construidas sobre altos pilotes con vista al agua. Por último, me detuve para disfrutar la puesta del sol sobre el golfo de México. Dos arcoíris aparecieron en el cielo detrás de mí, y una nutria se asomó desde el agua para saludarme.
Fue tan fabulosa mi estadía en esta soleada parte del mundo, que sabía que volvería algún día a Mississippi. No fue un "adiós" a esta zona, sino un "hasta luego".