La Gold Belt Tour National Scenic Byway: viajar a las pequeñas ciudades de Colorado

Hice mi primera parada en Cripple Creek, una linda ciudad rica en historia. En la época de la fiebre del oro de 1890, Cripple Creek era una metrópolis concurrida, llena de gente de todo el país que intentaba hacer sus millones. La ciudad está rodeada por majestuosas montañas y ofrece muchas actividades. Además, un dato interesante es que hay al menos 15 burros que deambulan por las calles sin supervisión. Visité una antigua cárcel que aparentemente está encantada y disfruté recorrer la ciudad sintiéndome como si hubiera puesto un pie en el pasado.

Después de otro recorrido increíblemente asombroso en la ruta Gold Belt Tour, llegué a mi siguiente parada en un pueblo llamado Victor. Actualmente la población residente de Victor es de menos de 500 habitantes. Sin embargo, en los años 1890, más de 18 000 personas vivían aquí. Victor, también conocida como The City of Goldmines (la ciudad de las minas de oro) sigue siendo uno de los más grandes productores de oro en el país. Hice un fascinante recorrido por mi cuenta de la Independence Mill (fábrica Independence) y de nuevo solo caminé alrededor de la ciudad. Al igual que Cripple Creek, Victor también tiene un aire antiguo. Luego de un café y un delicioso trozo de tarta de una pastelería local, era hora de regresar a la carretera, esta vez a la Phantom Canyon Road (carretera Phantom Canyon).

La Phantom Canyon Road tiene cerca de 48 kilómetros de longitud. Tendrás que conducir lentamente por esta carretera para disfrutar de los grandiosos paisajes y para percatarte de las pendientes abruptas y de los precipicios que bordean la carretera. Hay muchos lugares donde detenerte y tomar fotos, y yo lo hice con frecuencia. Justo cuando pensaba que la vista no podía ser mejor, giraba en el siguiente cruce y de nuevo estaba admirada. Phantom Canyon Road me llevó a mi última parada del día, otra pequeña localidad llamada Florence.

Florence es una ciudad espléndida. Está llena de tiendas de antigüedades cautivadoras cuyos dueños son tan encantadores como las piezas que venden. Las calles estaban bordeadas con flores y el ambiente era simplemente relajante. Explorar estas singulares localidades salpicadas por todo Colorado hace que me sienta muy en paz. Me encantó que cada uno de los lugares que había visitado fueran similares en lo pintoresco, pero que también tuvieran su encanto y patrimonio únicos.

Todavía hay muchos lugares por visitar a lo largo de la ruta Gold Belt Tour de Colorado, pero los tres en los que me detuve fueron una manera excelente de empezar. No puedo esperar a regresar y explorar más de esta National Scenic Byway.